jueves, 21 de marzo de 2013








Mi experiencia como tutor en la CDA
   Antes de compartir lo que ha sido mi experiencia como tutor y lo que mi comunidad de aprendizaje ha nutrido y fortalecido mi práctica pedagógica, quisiera manifestar lo que considero debe estructurar y ser el motor de una adecuada comunidad de aprendizaje.
   Entiendo una comunidad de aprendizaje como un escenario colectivo para el intercambio y construcción de conocimiento disciplinar, pedagógico y didáctico. Disciplinar en el sentido en que se movilizan concepciones epistemológicas de cada una de las disciplinas objeto de estudio; pedagógico en tanto repensamos lo que la disciplina le aporta a la formación de nuestros maestros y por consiguiente de nuestros estudiantes y didáctico, puesto que pensamos en la mejor forma de generar y facilitar un aprendizaje de calidad y significativo para nuestros estudiantes. De acuerdo a lo anterior, concibo una comunidad de aprendizaje a partir de la configuración de una preocupación pedagógica, didáctica y disciplinar en un área específica del conocimiento, es decir, la dimensiono como un pequeño grupo de investigación en el que se comparten problemáticas focalizadas, se discuten formas efectivas de intervención, se generan nuevas preocupaciones; en suma un contexto ideal para la movilización del conocimiento.
   En este sentido, nuestra CDA estructurada desde la diversidad disciplinar (tutores compañeros con formación en lenguaje y mi formación en educación matemática) se ha constituido en un motor de aprendizaje que potencia e impulsa continuamente mi práctica pedagógica. El hecho de compartir experiencias, problemáticas y maneras de facilitar la construcción de conocimiento por parte de los estudiantes, genera un nicho o un ecosistema de aprendizaje pedagógico, didáctico y disciplinar eficiente para acompañar de una manera más consciente mi rol como tutor del programa Todos a Aprender. Nuestra comunidad de aprendizaje               ha constituido un ambiente permanente de discusión donde todos aprendemos y no nos dedicamos sólo a la ejecución de unos guiones de agenda propuestos por el MEN, sino que a partir de nuestros reflexiones en CDA redireccionamos y construimos un contexto educativo, donde el colectivo de las experiencias de los tutores, enriquezca de manera significativa las formaciones que llevamos a cada una de las instituciones a cargo.
   Es incalculable el valor y el significado de los cuestionamientos y aportes que desde la triada educativa (pedagogía, disciplina, didáctica) he podido consolidar en el proceso de configuración de nuestra pequeña CDA. El hecho de contar con una diversidad de concepciones y formas para acercarse al conocimiento nutre de tal forma nuestro compromiso como tutor y redimensiona constantemente nuestra preocupación pedagógica por el aprendizaje de los estudiantes. En este espacio de tutores llamado micro-comunidad de aprendizaje hemos consolidado un ambiente oportuno para la creación de material y recursos didácticos que acompañan nuestras visitas a las CDA de cada una de las instituciones que tenemos a cargo. Todo lo anterior sin descuidar una direccionalidad y unos propósitos educativos que se estructuran a partir de los referentes de calidad que deben constituir la plataforma conceptual de todas nuestras intervenciones en favor del aprendizaje de nuestros estudiantes.
   En suma, la CDA se ha constituido en un espacio de investigación experimental en torno a situaciones didácticas, epistemológicas y pedagógicas; por otro lado, ha impulsado mi trabajo como tutor en el desarrollo y ejecución de las agendas y se ha convertido en una atmósfera para enriquecer mi práctica pedagógica.

                                                                                                    Mauricio Salazar Alzate

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