Mi experiencia como tutor en la CDA
Antes de compartir lo que ha sido mi
experiencia como tutor y lo que mi comunidad de aprendizaje ha nutrido y
fortalecido mi práctica pedagógica, quisiera manifestar lo que considero debe
estructurar y ser el motor de una adecuada comunidad de aprendizaje.
Entiendo una comunidad de aprendizaje como
un escenario colectivo para el intercambio y construcción de conocimiento
disciplinar, pedagógico y didáctico. Disciplinar en el sentido en que se
movilizan concepciones epistemológicas de cada una de las disciplinas objeto de
estudio; pedagógico en tanto repensamos lo que la disciplina le aporta a la
formación de nuestros maestros y por consiguiente de nuestros estudiantes y
didáctico, puesto que pensamos en la mejor forma de generar y facilitar un
aprendizaje de calidad y significativo para nuestros estudiantes. De acuerdo a
lo anterior, concibo una comunidad de aprendizaje a partir de la configuración
de una preocupación pedagógica, didáctica y disciplinar en un área específica
del conocimiento, es decir, la dimensiono como un pequeño grupo de
investigación en el que se comparten problemáticas focalizadas, se discuten
formas efectivas de intervención, se generan nuevas preocupaciones; en suma un
contexto ideal para la movilización del conocimiento.
En este sentido, nuestra CDA estructurada
desde la diversidad disciplinar (tutores compañeros con formación en lenguaje y
mi formación en educación matemática) se ha constituido en un motor de
aprendizaje que potencia e impulsa continuamente mi práctica pedagógica. El
hecho de compartir experiencias, problemáticas y maneras de facilitar la
construcción de conocimiento por parte de los estudiantes, genera un nicho o un
ecosistema de aprendizaje pedagógico, didáctico y disciplinar eficiente para
acompañar de una manera más consciente mi rol como tutor del programa Todos a
Aprender. Nuestra comunidad de aprendizaje ha constituido un ambiente
permanente de discusión donde todos aprendemos y no nos dedicamos sólo a la
ejecución de unos guiones de agenda propuestos por el MEN, sino que a partir de
nuestros reflexiones en CDA redireccionamos y construimos un contexto
educativo, donde el colectivo de las experiencias de los tutores, enriquezca de
manera significativa las formaciones que llevamos a cada una de las
instituciones a cargo.
Es incalculable el valor y el significado de
los cuestionamientos y aportes que desde la triada educativa (pedagogía,
disciplina, didáctica) he podido consolidar en el proceso de configuración de
nuestra pequeña CDA. El hecho de contar con una diversidad de concepciones y
formas para acercarse al conocimiento nutre de tal forma nuestro compromiso
como tutor y redimensiona constantemente nuestra preocupación pedagógica por el
aprendizaje de los estudiantes. En este espacio de tutores llamado micro-comunidad
de aprendizaje hemos consolidado un ambiente oportuno para la creación de
material y recursos didácticos que acompañan nuestras visitas a las CDA de cada
una de las instituciones que tenemos a cargo. Todo lo anterior sin descuidar
una direccionalidad y unos propósitos educativos que se estructuran a partir de
los referentes de calidad que deben constituir la plataforma conceptual de
todas nuestras intervenciones en favor del aprendizaje de nuestros estudiantes.
En suma, la CDA se ha constituido en un
espacio de investigación experimental en torno a situaciones didácticas,
epistemológicas y pedagógicas; por otro lado, ha impulsado mi trabajo como
tutor en el desarrollo y ejecución de las agendas y se ha convertido en una atmósfera
para enriquecer mi práctica pedagógica.
Mauricio Salazar Alzate
